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Vacunación frente a la COVID-19 y cáncer

El pasado 11 de marzo, la Comisión de Salud Pública aprobó incluir grupos de alto riesgo en la próxima Actualización de la Estrategia de Vacunación. En la reunión, en la que se encontraban representadas todas las comunidades y ciudades autónomas, se acordó que estos grupos se empiecen a vacunar de forma simultánea al grupo de edad de 70 a 79 años.

Así, se incluirá a las personas con trasplante de progenitores hematopoyéticos, trasplante de órgano sólido y lista de espera para este, personas en hemodiálisis y diálisis peritoneal, enfermedad oncohematológica, cáncer de órgano sólido en tratamiento con quimioterapia citotóxica, cáncer de pulmón en tratamiento con quimioterapia o inmunoterapia y personas con Síndrome de Down mayores de 40 años.

En cuanto al posicionamiento y las recomendaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la sociedad científica señala que los pacientes con cáncer tienen mayor riesgo de enfermedad grave y mortalidad con la infección por la COVID-19 que la población sin cáncer.

Del global de pacientes con cáncer, aquellos que están recibiendo tratamiento activo o aquellos con un cáncer avanzado, y especialmente los pacientes con cáncer de pulmón y neoplasias hematológicas, son los de mayor riesgo de enfermedad grave y mortalidad por la infección. Parece que los pacientes con tumores sólidos, particularmente en el primer año tras el diagnóstico también tienen aumentado el riesgo, mientras que el riesgo desciende al basal pasados los 5 años desde el diagnóstico de cáncer2. Del mismo modo, la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) y Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) explican que no son iguales todos los pacientes hematológicos en lo referente a la vacunación. La inmunodepresión asociada a algunas de las enfermedades hematológicas o producidas por algunos tratamientos puede ocasionar una falta de respuesta inmune tras la vacunación. Por ello, un médico puede indicarle a un paciente que no hace falta que se vacune por futilidad, pero no por seguridad. Sí es imprescindible insistir en que se vacunen sus familiares, cuidadores y convivientes.

Según la SEOM, las vacunas aprobadas o en proceso de aprobación por la EMA son seguras, y han sido evaluadas y probadas en un gran número de personas incluidas en los ensayos clínicos y su eficacia para prevenir la enfermedad por la COVID-19 de cualquier gravedad es de un 95% en la población adulta y de edad avanzada, con un perfil de seguridad aceptable. No se disponen todavía de datos específicos sobre su capacidad de generar anticuerpos en pacientes con cáncer, si bien hay que puntualizar que esta situación es la habitual cuando se han desarrollado otras vacunas, ya autorizadas, ya que la investigación clínica en estos subgrupos especiales de pacientes se inicia cuando existen resultados positivos de ensayos clínicos en fase III. No disponemos de información específica sobre pacientes con cáncer con o sin tratamiento, ya que esta población no se incluyó en los ensayos clínicos desarrollados4.

Desde SEOM, por tanto, la vacunación prioritaria de los pacientes con cáncer avanzado o en tratamiento activo potencialmente inmunosupresor, especialmente de aquellos con cáncer de pulmón y neoplasias hematológicas, independientemente del resto de factores de riesgo. Del mismo modo, desde la SEHH, SETH y SEIMC señalan que deben vacunarse las personas con cáncer en la sangre, excepto aquellas con alergias graves o múltiples, así como la importancia de que estos sean pacientes prioritarios.

Todas las sociedades científicas nombradas coinciden en que a la hora de vacunar hay que tener en cuenta la fase de la enfermedad tumoral, la edad, el estado general del paciente y las principales comorbilidades o la indicación de vacunación según los grupos establecidos en el plan de vacunación del Ministerio de Sanidad.

La SEOM nos explica que no hay contraindicación para la vacunación durante el tratamiento oncológico, aunque, en los casos en los que sea posible, se recomienda realizarlo antes de iniciar el tratamiento. No hay datos específicos sobre el momento del ciclo en el que es preferible administrar la vacuna. La SEHH, SETH y SEIMC señalan que la quimioterapia que se utiliza en las enfermedades hematológicas suele producir neutropenia y linfopenia graves, por lo que el paciente debe vacunarse, siempre que sea posible, antes de su administración o en el periodo de descanso entre ciclos.

La SEHH, SETH y SEIMC remarcan también que, por la experiencia con otras vacunas, los anticuerpos monoclonales anti-CD20 ocasionan una disminución de la respuesta inmune importante, por lo que se debería efectuar la vacunación a los 6 meses de su finalización. Para otros anticuerpos monoclonales, referirse a las recomendaciones específicas para cada enfermedad.

Todas las sociedades científicas citadas coinciden en que es fundamental recalcar que, a pesar de la vacuna, se deberán mantener las medidas de seguridad pautadas por el Ministerio de Sanidad (distancia social, mascarillas, medidas higiénicas de manos, etc.).

Para más información descarga los siguientes PDF o visita la web del Ministerio.

Estrategia de vacunación frente a COVID-19 en España. Actualización 5.

Ver el PDF

Ministerio de Sanidad

Enlace 1

Enlace 2

Posicionamiento y recomendaciones de SEOM en relación con la campaña de vacunación frente al COVID-19 en pacientes con cáncer. Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Ver el PDF

Recomendaciones vacuna COVID-19 en paciente hematológico. Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) y Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

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